La expresión Nihil obstat (“nada lo impide”) abrevia otra expresión latina más larga: Nihil obstat quominus imprimatur (“no existe impedimento para que sea impresa”). Se refiere originalmente a la aprobación desde el punto de vista moral y doctrinal, por parte de un censor de la Iglesia Católica, de una obra para su publicación. El rótulo “Nihil obstat”, impreso en las primeras páginas de un libro, señalaba que un texto había sobrevivido a la censura eclesiástica, mecanismo clave para la neutralización de las herejías.

Podría pensarse que hoy en día la edición de libros se ha librado de la censura religiosa, pero si le tomamos atención a la tesis de Ben­jamin sobre El Capitalismo como religión o a La Religión de la Tecnología de David Noble podemos advertir que la censura continúa por otras vías, y que una serie de textos, como tejidos de experiencia humana, son invisibilizados quedando excluidos de los dos grandes nodos de producción editorial: la edición comercial y la edición académica.

La retórica liberal de la “libertad de expresión” quisiera hacernos creer que la censura es cosa del pasado. Pero aquella sentencia del poeta Heinrich Heine que afirma que “donde se queman libros se acaba quemando personas” oculta y revela aun otras verdades: donde el mercado y la institucionalidad asesinan y aprisionan personas inocentes, los libros que pueden dar cuenta de sus ideas y vidas no tienen sitio ni en el mercado ni en la institucionalidad. El asesinato de Macarena Valdés en nombre de los intereses de la empresa RP Global en Tranguil (agosto de 2016); la prisión preventiva del logko de la Alianza Territorial Mapuche Alberto Curamil (agosto de 2018); el asesinato de Alejandro Castro en el contexto de las protestas contra el ecocidio en Quintero y Puchuncaví (octubre de 2018); el asesinato de Camilo Catrillanca en un operativo represivo del Comando Jungla en Temucuicui (noviembre de 2018) ; solo por mencionar algunos casos recientes, nos pueden dar una idea del tipo de libros que difícilmente son escritos e impresos, y que tienen limitada su circulación en este territorio. Pero los libros son lo de menos. Son formas de vida. Conversaciones que se vuelven impensables, miradas y formas de mirarse, relaciones y formas de relacionarse. Formas de vida amordazadas.

Colectivo Editorial Nihil Obstat es un proyecto de difusión de voces y prácticas de autonomía; discursos y experiencias de resistencia a la cultura y pensamiento únicos impuestos por el (de)capitalismo global. Fabricamos colecciones de textos sobre ecología, salud, erotismo, política y brujería, desde una perspectiva libertaria; textos capaces de difractar los patrones dominantes de comportamiento y pensamiento, abriendo senderos hacia nuevos horizontes culturales, emancipándonos de los lastres patriarcales y coloniales que malogran la vida libre.

Barcelona . Sociedad General de Publicaciones, [1936-1939]

Creemos que una de las mejores formas de contrarrestar la industrialización del libro y el pensamiento seriado es a través de la hechura de libros a escala humana. Cada uno de nuestros libros es el fruto de la cooperación de los artistas libremente asociados que conforman nuestro colectivo editorial, y también de amigas y colectivos que colaboran con nuestras ediciones sin ser parte de nuestro colectivo editorial.

Luego de 8 años de impresión a demanda de una veintena de títulos, divididos en 7 colecciones, hemos decidido descontinuar la mayoría de ellos y replantear las colecciones, para iniciar una nueva fase, dándole la bienvenida a nuevos integrantes y nuevas alianzas.

¡Bienvenida!

Octubre de 2018, Putaendo